La Navidad. Alegrías para unos. Depresiónes para otros

La Navidad  es una de las festividades más importantes del cristianismo, junto con la Pascua de resurrección y Pentecostés. Esta solemnidad, que conmemora el nacimiento de Jesucristo en Belén

Para la mayoría de la población, las fechas navideñas tienen un significado simbólico repleto de alegría y felicidad, pero para otros la llegada de las fiestas supone un 'mal trago' que esperan pasar cuanto antes. y no por el simple hecho que no les gusten estas fechas o sean creyentes en ellas.  ¿ A quién no le han confesado alguna vez que esta época del año le deprime? Y lo cierto es que a muchos les afecta de forma desfavorable. «La Navidad figura entre los eventos que puntúan en la escala de acontecimientos estresantes que se utiliza en las consultas de salud mental»


La mayoria de psicólogos lo acusan al solsticio de invierno como anfitrión de la Navidad. Entre el 20 y el 23 de diciembre en el hemisferio norte nos encontramos con los días más cortos del año, largas noches y poca luz, invitando a la mesa a los trastornos afectivos estacionales.

Frustración por las altas expectativas depositadas en la Navidad. Hablar de Navidad activa automáticamente en nuestro cerebro el mensaje aprendido de Feliz Navidad y la inercia de acudir a eventos y reuniones con el firme propósito de cumplir con las expectativas de felicidad.

Entre los que no hallan bienestar en el periodo de los turrones, figuran aquéllos que sufren la ausencia de un ser querido, tanto si la pérdida ha sido reciente como si ocurrió hace tiempo, miembros de familias desestructuradas o víctimas de una ruptura de pareja, que perciben estas fechas con especial dolor, así como un año mas, la crisis que sufren miles de hogares por falta de trabajo o de recursos económicos para poder afrontar algo tan simple como los regalos que traerán a sus hijos Papa Noel y Los Reyes Magos cuando en muchos hogares ya no entra ningun tipo de ayuda económica.

Diciembre, fin de año y la llegada de un nuevo periodo marcan la costumbre de reflexionar sobre los éxitos y fracasos alcanzados como medidor del propio funcionamiento y la tendencia a comprometerse con nuevas metas a partir de enero o durante nuevo año que entra, que en muchos casos vuelven a ser boicoteadas por nosotros mismos al regresar a la rutina después de las fiestas. Evaluarnos puede generar bienestar y reconocimiento, pero también frustración y sensación de incompetencia, llegando a crear estados de ansiedad

Hay quien simplemente ve la contraposición de estos días, todos deseamos hacia otros individuos Feliz Navidad pero, ¿Lo deseas o lo sientes de verdad cuando lo dices? o ¿Es como una obligación Navideña?, No me refiero a los que sean creyentes o no, si no a la los que ven en parte la falsedad que existe en cuanto a la felicitación navideña. De todas formas, no debemos llevarnos a engaños, al igual que la Navidad trae depresión de distintas maneras a mucha gente, tampoco traen amor, paz y felicidad. No son días mágicos en lo que todo cambia, (aunque egoistamente todos lo deseamos) sino que son una continuación de lo que viene siendo nuestra vida diaria.

Bien!!. No quiero ponerlo tan feo, no todas las navidades han sido de igual manera, también hay quienes las disfrutan y mucho a su manera a pesar del estrés que les causan estas fechas, pero no hay que olvidar que muchísima gente desearía que esos "Milagros y Deseos Navideños" se hicieran realidad alguna vez en su vida. y no debemos subestimar este estado depresivo y lo mejor es combatirlo con una actitud positiva pero, sobre todo, realista. Si nuestra Navidad no se asemeja a la que nos presentan desde la televisión, debemos aceptar nuestra realidad.  y no olvides que la alegría, la unión familiar, el cariño y la generosidad podríamos practicarlas a lo largo de todo el año, no solo en Navidad